Durante 2011, Abengoa ha desarrollado un sistema de compras responsables que se implantará en cuatro fases, y que tiene como objetivos fundamentales incluir criterios de sostenibilidad en las evaluaciones que se hacen a proveedores, y estandarizar y homologar dichos procesos que, actualmente, son distintos atendiendo a las diversas características de los suministradores contratados y de las actividades de la compañía.
Las cuatro fases que componen el proceso son: diagnóstico inicial del sistema de compras, evaluación de proveedores, auditorías a proveedores críticos y valoración o rating de proveedores.
Para poner en marcha el sistema ha sido necesaria la colaboración entre los diferentes departamentos de compras de Abengoa, ya que había que llevar a cabo un diagnóstico exhaustivo del sistema de compras existentes (fase1), además de seleccionar aquellos criterios de evaluación que recogiesen las peculiaridades de todas las actividades de la organización y realizar a cabo un análisis de riesgos para detectar a los proveedores que supusiesen una mayor amenaza en materia de RSC (fase2). Para el análisis se han tenido en cuenta variables como el país de origen del proveedor, la naturaleza del suministro, el nivel de visibilidad o el riesgo de solvencia.
A lo largo de 2011 Abengoa ha analizado el riesgo en materia de derechos humanos de aproximadamente 17.500 proveedores, de los cuales tan solo el 3,5 % se corresponde con proveedores críticos.
Actualmente el proceso está en su tercera fase, habiéndose iniciado ya las auditorías a los proveedores críticos. Hasta la fecha se han hecho 55 auditorías presenciales, lo que supone más del 9 % de los suministradores críticos detectados.
Las auditorías tienen por objeto determinar el grado en el que cada proveedor de Abengoa garantiza el cumplimiento de los principios recogidos en el Código de Responsabilidad Social de la compañía, que todos los proveedores tienen que suscribir para poder colaborar con ella (fase 3).
Adicionalmente, se creará una comisión encargada de supervisar el buen funcionamiento de las auditorías, que establecerá los objetivos a cumplir y analizará los resultados obtenidos.