En un entorno económico marcado por una crisis financiera que, en mayor o menor medida, afecta a todos los países, debemos tener presente la amenaza que supondría no avanzar hacia un modelo económico sostenible que optimice los recursos naturales de los que aún disponemos, que generalice el uso de las energías renovables, y que asuma, definitivamente, el coste social y medioambiental como parte del precio de cada producto.
Para que esto sea posible, necesitamos que el conjunto de la sociedad (gobiernos, empresas y ciudadanos) asumamos un compromiso firme en pro de la innovación tecnológica como única alternativa para alcanzar soluciones reales y viables que den respuesta a los problemas del modelo actual. Ahora bien, el desarrollo de nuevas soluciones precisa de fuertes inversiones para las que es crucial la implicación decidida de las administraciones públicas y la creación de un marco regulatorio que sea estable, seguro y a largo plazo.
- Felipe Benjumea Llorente -